En la ciudad circulan los perros del desprecio
y no hay quien se proteja de sí mismo
Mharía Vázquez Benarroch
TE DEUM
Me elevo,
vuelo invisible,
busco observo,
una madre conserva en su regazo
el cálido abrazo del adiós,
un padre carga con dolor,
recuerdos escondidos
en humilde féretro,
familias coinciden
siembran cruces de hierro
sobre tierra de injusticia.
EPITAFIO
En las alturas
vuelo invisible
sólo se escucha
gritos de silencio
dolor a gritos
una multitud abraza la tierra
en busca de perdón
ojo por ojo, diente por diente.
Caterina Gravina